Este Blog busca servir a DIOS Todopoderoso, el Creador del Mundo y de la humanidad, y por medio de su Hijo Jesucristo, nuestro salvador, por la fe y arrepentimientos de nuestros pecados, y lavados por la sangre de Jesús, y llamados por DIOS mediante su Gracia, y teniendo al Espíritu Santo en nuestra vida.
martes, 14 de febrero de 2012
La Humillación del Hijo de DIOS
La Humillación del Hijo de DIOS
Cristologia
Iglesia Alianza Cristiana y Misionera Comas San Felipe
Cristología
VI. La Humillación del Hijo de DIOS
Concepto de la humillación del Hijo de DIOS. La humillación de Hijo de DIOS consistió realmente en estar personalmente unido a la naturaleza Humana, con un estatus legal de sujeción a la ley y con sus debilidades y limitaciones que tal unión comportaba, y que EL asumía en persona, pero sin que afectara en nada su Naturaleza Divina. Jesús continuaba ejerciendo independientemente sus Atributos Divinos, pero tales atributos no eran manifestados en su condición Humana.
1.- El Estado de Humillación de Jesucristo. Fundándose en Fil. 2:6-8. El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
2.- Diferencia entre “Estado” y “Condición”. El Estado connota una posición en la vida de la persona, mientras que la Condición indica el modo de existencia. (Ejem. Un ladrón convicto de su delito de su delito se encuentra, tras la sentencia del juez, en estado de condenación, pero cuando se procedía a su encarcelamiento, se hallaba en condición de recluso) Se comprende así que el estado afecta la posición legal, jurídica, de la persona, mientras que la condición afecta al existir intimo, vivencial (permanente o pasajero) del individuo. Esta doble faceta aparece en el texto Gal. 4:4. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley.
La Obra Mediadora de Cristo
Calificaciones para la Obra mediadora de Cristo
Las Escrituras enseñan claramente cuáles son estas calificaciones:
1. Tiene que ser un hombre. El Apóstol asigna como razón que Cristo asumió nuestra naturaleza, y no la naturaleza de los ángeles, que Él vino a redimirnos (He 2:14-16 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. 16 Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham.)
Era necesario que fuera hecho bajo la ley que nosotros habíamos quebrantado; que Él cumpliera toda justicia; que Él padeciera y muriera; que Él pudiera compadecerse de todas las debilidades de Su pueblo, y que Él se hiciera uno con ellos en una naturaleza común. El que santifica (purifica de pecado como culpa y como contaminación) y los santificados son y tienen que ser de una naturaleza. Por ello, así como los hijos fueron participes de carne y sangre, también El tomó parte en lo mismo (He 2:11-14 Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, 12 diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, En medio de la congregación te alabaré. 13 Y otra vez: Yo confiaré en él. Y de nuevo: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio. 14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo.)
2. El Mediador entre Dios y los hombres tiene que ser un Hombre sin pecado. Bajo la ley, la victima ofrecida sobre el altar tiene que ser sin tacha. Cristo, que iba ofrecerse a Si mismo a Dios como sacrificio por los pecados del mundo, tenía que ser Él mismo exento de pecado. Por ello, el Sumo Sacerdote que nos conviene, Aquel que demandan nuestras necesidades, tiene que ser santo, Inocente, incontaminado, y separado de los pecadores (He 7:26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos.) Él fue, por tanto, «sin pecado) (He 4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.; 1 P 2:22 EL cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca.)
Un Salvador del pecado que fuera pecador es una imposibilidad. Él no podría tener acceso a Dios. No podría ser sacrificio por los pecados; y no podría ser fuente de santidad y de vida eterna para Su pueblo.
3. No fue menos necesario que nuestro Mediador sea una persona Divina. La sangre de una mera criatura no podía quitar el pecado. Es tan solo porque nuestro Señor poseía un Espíritu eterno que la una ofrenda de Él mismo ha perfeccionado por siempre a los que creen. Nadie sino una persona Divina podía destruir el poder de satanás y liberar a los que eran conducidos cautivos a voluntad de él. Nadie sino Aquel que tenga vida en Si mismo podía ser la fuente de vida, espiritual y eterna, para Su pueblo. Nadie sino una persona Omnipotente podía controlar todos los acontecimientos hasta la final consumación del plan de la redención, y podía resucitar los muertos; y es necesaria una sabiduría y conocimiento infinitos en Aquel que debe ser el juez de todos los hombres y cabeza sobre todas las cosas a Su Iglesia. Nadie sino uno en quien morara toda la plenitud de la Deidad podía ser el objeto así como la fuente de la vida religiosa de todos los redimidos.
4. Jesús un Hombre triunfador para destrucción de la Muerte y de satanás.
a. Habito en Carne y Sangre.- Jn. 1:14. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Jesús un Hombre que habito entre nosotros y contemplamos su Gloria como el Unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad.
b. En Carne y Sangre para destrucción de la muerte y el diablo. Heb. 2.14-15. Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
La Unión Hipostática
La Unión de las dos Naturalezas la Divina y Humana en Jesús, se llama “la unión hipostática”.
En Cristo Jesús la perfecta Humanidad y la Deidad no disminuida, se unieron en una sola persona, para siempre.
Pasaje clave (La unión hipostática de Cristo): Filipenses. 2:5-11. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
La Unión Hipostática incluye su completa Deidad. Filipenses. 2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse.
Morfe (μορφή) Forma. Denota la forma o rasgo distintivo especial o característico de una persona o cosa. Se usa con un significado particular en el NT, solo de Cristo, en Flp_2:6-7, en las frases «siendo en forma de Dios» y «tomando forma de siervo». Una excelente definición de esta palabra es la dada por Gifford: «morfe es así propiamente la naturaleza o esencia, no en abstracto, sino tal como subsiste realmente en el individuo, y retenida en tanto que el individuo mismo existe … » Así, en el pasaje ante nosotros morfe Theou es la Naturaleza Divina real e inseparablemente subsistente en la persona de Cristo. Para la interpretación de «la forma de Dios» es suficiente decir que: (1) incluye toda la naturaleza y esencia de la Deidad, y que es inseparable de ella, ya que no podrían tener existencia real sin ella; y (2) que no incluye en sí misma nada «accidental» o separable, tal como modos particulares de manifestación, ni condiciones de gloria o majestad, que pueden en un momento estar junto con la «forma», y en otro momento separados de ella.
El verdadero significado de morfe en la expresión «forma de Dios» queda confirmada por su repetición en la frase correspondiente, «forma de siervo». Se admite universalmente que las dos frases son directamente antitéticas, y que por ello «forma» tiene que tener el mismo sentido en ambas» (Gifford, The Incarnation , pp. 16,19,39). Teología Sistemática vol. II Charles Hodge.
La Unión Hipostática está fundada en la Kenosis de la humanidad. Filipenses. 2: 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.
kenoo (κενόω) Vaciarse, vaciar. Se traduce «despojó» en Flp_2:7. Las cláusulas que siguen al verbo dan la exégesis de su significado, especialmente las frases «forma de siervo», y «semejante a los hombres». Cristo no se vació a sí mismo de su deidad. No dejó de ser lo que era esencial y eternamente. La Versión Autorizada Inglesa, aunque no da una traducción exacta (traduce «se hizo carente de gloria»), expresa muy bien lo que hizo el Señor (véase Gifford sobre la encarnación).
“Despojo” se explica a través de tres participios:
1. “Tomando forma de Siervo”
2. “Hecho semejante a los hombre”
3. “Estando en la condicione de hombre”
“Despojo” Se explica mas adelante con una clausula paralela, “Se humillo a sí mismo”.
La idea es que al tomar la humanidad con sus limitaciones, hubo una humillación la cual, aunque real, no envolvió el ceder a ningún atributo Divino.
Definición de kenosis: Cristo se despojo a sí mismo al velar su gloriosa encarnación, tomando sobre sí mismo la semejanza de carne pecaminosa y voluntariamente no uso algunos de sus atributos.
Kenosis no es substraer los atributos de Deidad.
Kenosis añade humanidad con sus consecuentes limitaciones.
Filipenses. 2: 7-8. Sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres. 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 1 Tim. 2:5. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. Hebreos. 2:14. Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. 1 Juan 4:2. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios.
La doctrina verdadera de la Kenosis
Envuelve velar la Gloria del Cristo pre-encarnado.
Juan 17:5. Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.
Envuelve la condescendencia de tomar sobre sí mismo la semejanza de carne pecaminosa.
Romanos 8:3. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne.
Envuelve el no usar voluntariamente algunos de sus atributos de Deidad durante el tiempo de su vida terrenal.
Mateo 24:36. Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.
Su humanidad no fue una humanidad glorificada y estuvo sujeta a la tentación, debilidad, dolor y pesar.
El escoger no usar sus atributos Divinos es algo diferente que decir que EL se rindió a ellos.
El no usar no quiere decir sustracción.
Solo Jesús nos da mediante su vida y sacrificio, una vida nueva, aquel que lo reconoce como el camino la verdad y la vida, puede recibir por medio del arrepentimiento y la fe, una nueva vida, y vida en abundancia.
La Teología Reformada menciona etapas del Estado de Humillación
La Encarnación y el Nacimiento de Cristo.
a. El sujeto de la encarnación.- Jesús es la segunda persona de la Trinidad, quien tomo la forma Humana. Jn. 1:14ª. Y aquel Verbo fue hecho carne. Hacerse carne, es hacerse Humano. Rom. 8:3. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne. Jesús nuestro Rey.
b. La necesidad de la encarnación.- Desde que tomas Aquino tomo la posición de la necesidad de la encarnación, por el pecado del mundo, los reformadores participaron de este concepto y las Iglesias reformadas enseñaron que la encarnación fue necesaria debido a la caída del hombre. Lc. 19:10. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
c. El cambio efectuado en la encarnación.- El verbo egéneto en Jn. 1:14. (la palabra se hizo carne) no significa que el Logos se cambio en carne, y que de esta manera altero su esencia natural, si nada más que tomo aquel carácter particular, que adquirió una forma adicional, si que en ninguna manera se cambiara su naturaleza original. Jesús sigue siendo el infinito e inmutable Hijo de DIOS.
d. La encarnación constituyo a Cristo uno de los miembros de la raza humana.
Cristo hizo suyo la naturaleza Humana, tomándola de consustancialmente de la madre. Mt. 1:18. El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.
e. La encarnación se efectúo por medio de una concepción sobrenatural y un nacimiento virginal. Cristo es concebido por el poder del espíritu Santo. este nacimiento es sobrenatural por el cual Jesús fue llamado “Hijo de DIOS”. Lc. 1:34-35. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. 35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.
f. La encarnación misma es parte de la Humillación.- Fue una encarnación que el Logos se hiciera carne, es decir de naturaleza Humana tal como es desde la caída, débil y sujeta al sufrimiento y a la muerte, aunque libre de la mancha del pecado. Rom. 8:3. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne.
Los sufrimientos del salvador
a. Jesús sufrió durante toda su vida. Jesús sufrió toda su vida, y estivo asociada a los pecadores, la vida del único Santo en medio de un mundo maldecido pro el pecado. Sufrió por la incredulidad de su pueblo, a causa de la persecución de sus enemigos. Su soledad debe haber sido opresiva, en el sentido de responsabilidad, aplastante. Fue suyo el sufrimiento consagrado, creciendo en severidad a medida que se aproximaba el fin. El sufrimiento que comenzó en la encarnación, alcanzo su clímax en el passio magna, en el final de su vida. Y allí toda la ira de DIOS en contra del pecado cayó sobre EL.
b. Sufrió en cuerpo y alma. La Biblia nos enseña que Cristo sufrió el castigo de nuestros pecados; y lo sufrió en cuerpo y Espíritu. Agonizo en el huerto en donde su alma se “entristeció de sobremanera hasta la muerte”, fue abofeteado, azotado y crucificado Mt. 26. 37-39 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. 38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. 39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Mt. 26:67-68. Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban, 68 diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó. Mar 15:17-20. Y le vistieron de púrpura, y poniéndole una corona tejida de espinas, 18 comenzaron luego a saludarle: ¡Salve, Rey de los judíos! 19 Y le golpeaban en la cabeza con una caña, y le escupían, y puestos de rodillas le hacían reverencias. 20 Después de haberle escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le pusieron sus propios vestidos, y le sacaron para crucificarle.
c. Varias causas produjeron los sufrimientos de Cristo. Su sufrimiento fue por haber tomado el pecado de la humanidad. Distinguiremos varias causas. (1) El hecho que El Señor del universo haya tenido que ocupar la posición de sirviente y es mas la posición de cautivo o esclavo, y aquel que tenía el derecho hereditario a mando estuvo sujeto a obedecer. (2) El hecho der ser puro y Santo, tuviera que vivir en una atmosfera pecaminosa y corrompida, en asociación diaria con pecadores. (3) Su perfecto conocimiento como acabaría su vida, en extremo sufrimiento, supo exactamente lo que tendría que vivir y la perspectiva estaba muy lejos de ser agradable. (4) Por último, también las privaciones de la vida, las tentaciones del diablo, el odio y rechazamiento de su pueblo, y el maltrato y las repercusiones a las que estuvo sujeto.
d. Los sufrimientos de Cristo fueron únicos. Su capacidad de sufrimiento se midió en el carácter ideal de su humanidad, con su perfección ética y con sentido de justicia, santidad y veracidad. Nadie pudo sentir lo penetrante del dolor, la pena, y el mal moral como lo sintió Jesús. Todas nuestras iniquidades cayeron sobre EL. Isa. 53:6,10. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. 10. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. También debemos colocar la tentación en el desierto, la agonía en Getsemaní y del Gólgota.
e. Los sufrimientos de Cristo en las tentaciones. Jesús era tentado como parte de su vida. Mat.4:1ss. Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Lc. 22:28 Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas. Heb. 5:7-8. Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. 8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia.
La muerte de nuestro Salvador Jesucristo
Los sufrimientos de Jesús, terminaron con su muerte
a. La extensión de su muerte. La muerte no es solo la consecuencia natural del pecado, si no sobre todo es el castigo judicial impuesto y cumplido sobre el pecado. Hay que considerar la muerte de Cristo desde el punto de vista judicial. DIOS impuso el castigo de la muerte sobre el mediador, judicialmente puesto que este emprendió por su voluntad el pago de la pena por el pecado de la raza humana. Cristo se apropio de la naturaleza humana con sus debilidades, con excepción única del pecado.
b. El carácter judicial de su muerte. Era necesario que Jesús no muriera de muerte natural ni de muerte accidental; que no muriera por asesinato, si no bajo sentencia judicial. Jesús tenía que ser contado con los trasgresores, tenía que ser condenado como criminal. Además por arreglo providencial de DIOS tenía que ser procesado y sentenciado por un juez romano. La crucifixión no era la forma judía de castigo, si no romana. La crucifixión no era la forma judía del castigo, si no romana, la crucifixión se consideraba tan infame e ignominiosa que no se aplicaba a los romanos si no solamente a la escoria del mundo, a los más viles criminales y a los esclavos. Los romanos tenían el genio de la ley y la justicia, y representaba al más alto poder judicial del mundo. Jesús cumplió las demandas de la ley. Al mismo tiempo murió de muerte maldita y dio de este modo la evidencia del hecho que se había convertido en maldición por causa nuestra. Dt. 21:23 No dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad. Gal.3:13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero).
c. La muerte y el entierro del salvador. Parecía que la muerte de Cristo era la última etapa de la humillación, además en atención a sus últimas palabras “consumado es”. Esta palabra se refiere al sufrimiento activo que padeció, es decir el sufrimiento en el cual EL mismo tomo una parte activa. En consecuencia el entierro de Jesús formo parte de su humillación. (a) El regreso del hombre al polvo, por castigo del pecado. Gn. 3:19
Porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. (b) La tumba como humillación Sal. 16:10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción. Hch.2:27 Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción. , 31 viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. Fue un descenso al hades, en si mismo lúgubre y espantoso, un lugar de corrupción, aunque Cristo fue preservado de ella. (c) El entierro es un descenso y por lo tanto una humillación al pecador. (d) Su entierro además, no solo sirvió para probar que Jesús verdaderamente había muerto, sino también para quitar de los redimidos los terrores de la tumba, y para santificar la de ellos. Rom. 6:1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?, 4-6 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. 5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
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